El momento tan especial y esperado por muchos ha llegado, los nuevos integrantes del hogar son un hecho y por lo tanto, es tiempo de asignarles una identidad, un nombre con el cual todos los identifiquen y asocien para así formarlo como un individuo cada vez más propio y más ajeno para sí mismo.
¿Alguna vez has pensado en la importancia de que el nombre de tu hijo sea diferente?
Muchas personas sostienen la tradición de asignar su nombre al de sus hijos, sin embargo, la mayoría de estas no está al tanto de algunas consideraciones al respecto de esta práctica tan recurrente actualmente.
Si bien la asignación del mismo nombre puede estar relacionada con una razón de cariño y de conexión, es importante valorar en mayor medida la necesidad que cada individuo tiene de portar una identidad propia, es decir, una distinción que le permita presentarse e introducirse bajo un espectro individual.
Frente a esto no suele ser difícil encontrar ideas que, bajo un significado igualmente atado a sus antecesores, puedan ofrecerle una identidad propia y al mismo tiempo arraigada a sus tradiciones familiares. Por ello, os dejamos una lista de nombres modernos de niño para que podáis coger ideas.
Se trata de una razón de identidad ignorada, una mala manera de entender y definir la identidad de los nuevos integrantes de la casa a razón de impulsos que, finalmente, no guardan una verdadera razón más que una a veces hasta egocéntrica.
¿Por qué el nombre de tu hijo debe ser diferente?
Estudios en la psicoterapia han logrado constatar que la asignación del mismo nombre de alguno de los padres a sus hijos puede acarrear ciertas consecuencias que, manera colateral, podrán afectar su vida más adelante.
Esto, a raíz de la afectación de su identidad ante lo que sería la reasignación de un nombre la presente en su núcleo, estando algunas de las razones de esto descritas de la siguiente manera:
Una herencia arbitraria
Desde los planteamientos de las ciencias del comportamiento, asignar un mismo nombre a un hijo supone el establecimiento de una identidad que ya no es propia, cuestionando así la posibilidad del hijo o hija para sentirse una persona individual en su identidad.
Sensación de correspondencia
Entendiendo que algunas aspiraciones pueden llegar a redireccionarse, los nombres llegan a jugar un papel importante en este proceso.
Asignar el mismo nombre supone una aspiración ya inducida hacia los hijos para cumplir con lo que, alguna vez, habían sido los sueños de los padres para sí mismos.
Esto afectará de manera importante la relación afectiva entre los familiares, afectando además la autoestima del nuevo integrante al cuestionar sus propias aspiraciones.
Un efecto dominó
Frente a este efecto, la tradición puede inclusive continuar en los hijos para con sus hijos. Una huella que daría lugar a un patrón que se mantendrán en la descendencia de la familia, afectando entonces a los futuros integrantes de la familia.
Entender el valor de la identidad
La identidad es importante para cada individuo. Esta le permite afianzarse como una persona libre de definir su vida y de esta manera, de encontrar los propósitos que corresponden con sus capacidades de una manera plena y libre.
Todo esto, gracias a la posibilidad de ofrecerle un nombre propio para sí mismo.
Entender el valor de la identidad es clave para así permitir un desarrollo psicológico adecuado y con esto, dando paso a estadios sanos en el proceso de identidad de los hijos.
Y es que si bien no se trata de una mala intención, la asignación del mismo nombre puede suponer problemas a largo plazo para la estabilidad mental de una persona.
Bajo este supuesto, no deja de ser posible acceder a ideas que, igualmente, puedan crear una conexión entre los padres y una hijo o hija, permitiendo así un significado especial para sostener esa relación biológica entre un parentesco paternal.
Todo, bajo las líneas adecuadas, puede igualmente permitir una conexión de significados preferida y sana.